La minería es una de las actividades más antiguas de la humanidad. Con el paso del tiempo, se ha convertido en una gran industria que trabaja en pos de mejorar la exploración y explotación de los yacimientos.

En esta oportunidad, trataremos sobre cómo la minería sigue avanzando en función de acompañar a la puesta en marcha de la Argentina post-pandémica. 

La clave está en que nuestro país sostiene un importante potencial geológico para avanzar con la producción de minerales. La cuestión es si habrá demanda y afortunadamente sabemos que la habrá en este mundo post-pandemia.

La minería en la Argentina en números

¿Sabías que la minería genera divisas por más de 3.000 millones de dólares anuales y da trabajo a más de 83.000 familias argentinas? Así es, y eso no es todo. 

En nuestro país, los proyectos mineros más avanzados: los de cobre (Catamarca, Salta, San Juan) y litio (Jujuy, Catamarca, Salta), tienen un potencial de inversiones de más de 20.000 millones de dólares. Por lo tanto, estos posibilitaran el hecho de tener exportaciones anuales por 10.000 millones de dólares.

Minería: ¿por qué es un sector líder que impulsa a la Argentina post-pandemia?

Veamos algunos motivos por los cuales esta industria se destaca como sector líder para este contexto de post-pandemia:

• Aplicación de protocolos de seguridad: acompaña este contexto continuando con los protocolos sanitarios correspondientes como por ejemplo: usar gel desinfectante antes de entrar al lugar de trabajo, control de la temperatura, mantener distancia, entre otros.
• Es una industria productiva federal: es decir, motoriza economías alejadas de los centros productivos alcanzando un nivel municipal, provincial y nacional.
• Es el sexto complejo exportador: esto implica que brinda un gran número de puestos de trabajo.
• Reactiva a otras economías: es el caso de las pymes mineras que generan áridos y rocas de aplicación para la construcción. De esta forma, continúa impulsando oportunidades de empleo.

En definitiva, las inversiones mineras se asientan en nuestro país lo cual posibilita un efecto positivo en cadena. Es decir, se traduce en mayor capacidad productiva, trabajo y cadenas de proveedores. Estas últimas son mayormente pymes nacionales que se dedican a vender bienes y servicios. 

Asimismo, los proyectos vigentes siguen reinvirtiendo en el país. Por ende, actualmente persisten las inversiones, el empleo y el desarrollo local.